sábado, 5 de abril de 2014

5 de abril de 2014






"Hay caricias que duran incluso después del roce. Hay, a veces, personas a las que la distancia no puede separar. Y escalofríos provocados por el calor de un abrazo. Aún hay sonrisas de esas que parecen cualquier otro amanecer. Algunas noches tengo la sensación de que el camino corto también puede ser el correcto. Que, por una vez, la felicidad no depende de llegar a ningún sitio, sino de disfrutar del lugar en el que estamos. Sólo hay que cerrar los ojos. Cerrarlos con fuerza y acordarse de lo bonito. De la brevedad, el detalle, el momento. No se puede vivir como aquel que no recordó darse una oportunidad para ser feliz. Y agarrarse a la esperanza. Agarrarse con fuerza a las ilusiones. Y seguir. Seguir, parar, tomar aire. Respirar. Mojarnos bajo la lluvia. Y nunca. Nunca creer que las cosas que se derrumban no pueden levantarse de nuevo. Nunca creer que lo triste durará más que nuestras fuerzas. Quizá el problema sea que miramos al cielo por la noche y nos parece que ya no hay demasiadas estrellas. Que algo se apagó hace tiempo y que nada luce igual. Pero no lo olvidéis nunca. No olvidéis hacer brillar vuestros ojos. Que nadie nos quite, nunca, el derecho a iluminar un poquito el mundo."

lunes, 25 de noviembre de 2013

25 de noviembre de 2013




Cuando dejemos de intentar sobrevivir al domingo, y cuando la lluvia nos moje sin calarnos, y ya la distancia no nos haga daño, y los sueños terminen antes de que despertemos, y no dediquemos insomnios, ni nos abriguemos de las madrugadas, y los inviernos no nos duren toda la vida, y amemos a alguien menos roto, y sepamos qué y cuándo, y la rutina no entre sin llamar a la puerta, ni tengamos la necesidad de ahogarnos menos, y los abismos seamos nosotros y nadie pueda salvarnos, y la herida escueza hasta quedarnos dormidos, y no le busquemos sentido a toda esta mierda, ni una salida, y cuando los atardeceres ya no nos parezcan bonitos, y ningunos labios puedan besarnos poemas, o recorrer nuestro cuerpo en busca de respuestas, y se nos pasen las horas volando, y nosotros andemos sin ir a ninguna parte, y abandonemos a la esperanza antes que ella a nosotros, y las catástrofes nos enamoren menos, y cuando el insomnio sea un recuerdo y las ojeras una fotografía, y los rostros y las sonrisas se nos acumulen, y tirarse en la cama sea nuestra forma de seguir. 

Cuando pase todo eso, y ya estemos perdidos, ojalá en ese mismo lugar a donde ningún camino conduce haya llegado cualquier otra persona. Hay quien sigue creyendo que para tocar fondo hay que hundirse, pero quizá sólo haga falta no haber encontrado nunca la superficie. Haremos el amor entre los escombros.

viernes, 1 de noviembre de 2013

1 de noviembre de 2013




"Su significado es siempre el mismo, bajo cualquier circunstancia, en cualquier país, de cualquier lengua, credo o tradición, y parte de la segunda condición fundamental para dar uno como dios manda. Necesitas lo que significa. Y significa, en esencia, que no estás solo.

A partir de aquí, los requisitos se van complicando. Y es que todo depende de tener algo muy fuerte en común. Algo que, de pronto y sin haberlo previsto, sintáis los dos con la misma intensidad. Se trata de un momento, de un solo instante. El tiempo justo para que ese algo tan real y tan verídico no pueda dibujarse con palabras.

No sé si me explico. Pero si eso ocurre, todo cambia. Desde ese momento, abrazarse ya es otra cosa. Estáis atrapando verdades. Una cacería de instantes. Un comprensor de realidad. Enzarzarse en las ganas del otro y apretar hasta que se extingan.

Me fascinan los abrazos bien dados. Creo que resultan aún más memorables que cualquier otra palabra, gesto o relación. La única forma física conocida que tiene el ser humano de parar el tiempo. El único punto y seguido entre todo lo que se puede llegar a sentir.

No sé muy bien por qué hoy me ha dado por hablar de esto. Supongo que porque creo que andamos muy faltos de abrazos reales. O quizás porque a más de uno hoy le vendría muy bien.

El caso es que, lamentablemente, a los abrazos les pasa como a los besos, las caricias, los matrimonios o las patadas en los huevos.

Si no los consumas a tiempo, acaban caducando."

miércoles, 28 de agosto de 2013

28 de agosto de 2013

"Lo diré otra vez: no puedes conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tenéis que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida.

(...)

Creo que fue una medicina horrible, pero supongo que el paciente la necesitaba. A veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No perdáis la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tenéis que encontrar qué es lo que amáis. Y esto vale tanto para vuestro trabajo como para vuestros amantes.
El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideréis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hagáis. Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando.

No os conforméis.

Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Y como en todas las relaciones geniales, las cosas mejoran y mejoran según pasan los años. Así que seguid buscando hasta que lo encontréis.

No os conforméis.

(...)

Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo como: “Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón”. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” Y si la respuesta era “No” durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.
Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida.

Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante.
Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón. 

Nadie quiere morir.

Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo.
Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual, os iréis convirtiendo en lo viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es bastante cierto. Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro.

No os dejéis atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del pensamiento de otros.
No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior.
Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición.
De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser.
Todo lo demás es secundario."

domingo, 11 de agosto de 2013

11 de agosto de 2013

“Los aeropuertos ven más besos sinceros que las recepciones de bodas. Los muros de hospitales escuchan más oraciones reales que las Iglesias.”

miércoles, 7 de agosto de 2013

7 de agosto de 2013




El miedo es impersonal, transferible y terriblemente contagioso, se propaga sin costes de transporte y encima, con cada contagio, va mutando el virus, con lo que se hace cada vez más imposible su erradicación definitiva.

Al fin y al cabo, qué hay de malo en arriesgarse. O mejor, qué hay de bueno en no arriesgarse. Sufrir de lo mismo que sufrimos ya, pero más tarde. Seguir como estábamos, pero con menos tiempo para estar como estábamos. En definitiva, estar peor que estábamos, pero encima creyéndonos que estamos igual.

Arriesgarse es enfrentarse a decibelios de envidia. Sufrir de sordera ante el qué dirán. Pero es que es comprensible que genere envidias alguien que decide atenerse a las consecuencias de vivir la vida de uno, y no la de los demás.
A cada instante, una gran parte del mundo está a punto de casi todo. Él a punto de llamarla, ella a punto de cogerlo, el otro pensando si debería, aquella decidiendo si lo hace o no. Malos a punto de ser buenos, buenos a punto de hacerlo peor. Oportunidades a punto de crisis, trabajos a punto de paro, relaciones a punto de caramelo, infidelidades a punto de perder su fe. Todos paralizados por no plantearse qué es lo peor que les puede pasar, qué es lo mejor que les puede dejar de pasar.


Es imposible negar que vivimos sumergidos en una evolución constante, pero dentro de esta, podemos destacar notablemente situaciones o experiencias propias que nos hacen cambiar el rumbo de nuestros pasos. A todos esos momentos, a todas esas pequeñas -o grandes- cosas imposibles de ignorar que cambian nuestra manera de ver el mundo y vivir en él, se les puede llamar nacimientos. Dejamos atrás nuestro antiguo yo para empezar, mayoritariamente de manera inconsciente, a ser un nuevo yo, todavía desconocido.

domingo, 7 de julio de 2013

7 de julio de 2013


"Son dos novios sin fecha de caducidad. Han tardado una vida (o 16 años) en conocerse pero son la vida la una de la otra. Sus silencios y gestos dicen más que mil palabras pero luchan al teléfono para hablar una por encima de la otra; también adoran los silencios justificados…
Comen, beben ríen y lloran pero todo juntas. ¿Te apetece que vayamos con mis padres a por un McDonald o de compras a Plaza? ¿Subes a casa que mi madre te ha comprado merienda de la Petit Croissant? ¿O mejor vamos a tu casa a que tu padre nos haga tortilla de patata para asaltar después los helados del congelador?
No son bipolares ni orgullosas o cabezotas. Simplemente en esta vida se necesita la variedad y ellas no son las culpables de tener el 99% de las veces razón y si la tienen… ¿Cómo van a decir lo contrario aunque sea para provocar la reconciliación?
Se van de compras a grandes ciudades solas e indefensas intimando con los más frikis del lugar pero, todo sea dicho, buenos guías y fotógrafos.
Viven un auténtico paraíso las dos solas viendo el mar, en silencio, intercambiándose miradas cómplices en el momento X por el motivo Y; malechándose crema intentando coger color pese al mal tiempo de la costa y planeando estrategias para que les dejen irse a pasar la noche con tres resacosos piscineros.
Tienen fe y confianza plena la una en la otra. Son una y por ello no se avergüenzan de cebarse juntas o tararear a La Oreja De Van Gogh encima de una cama y con un cepillo a modo de micrófono porque…
Son niñas que juegan a ser mayores, jóvenes que intentan maquillar su rostro para esconder sus sentimientos aunque cuando estén a solas sigan soñando con Disney porque como dicen sus padres aun les queda mucho por aprender."